Los Jueces más importantes fueron: Gedeón, Jefté, Sansón y Samuel que fue el último y quien nombró al primer rey de Israel llamado Saúl.
Ahora vamos a recordar algunas de las experiencias de dos de los jueces mencionados.
Gedeón
Los madianitas y algunas tribus nómadas del desierto mantenían asolados a los israelitas, mediante el robo de sus rebaños y de los frutos de sus campos.
Ante la aflicción de su pueblo, Dios envió a su ángel para que visitara a un joven y valiente campesino de la tribu de Manasés, a fin de que se encargara de proteger a Israel.
Al comienzo, Gedeón no creyó, por lo cual Dios le hizo tres prodigios:
Primero, Gedeón mató un cabrito y lo extendió sobre una piedra con tortas de harina. Enseguida, un fuego, salió de la piedra, consumió cabrito y tortas.
En otra ocasión, Gedeón pidió a Dios esta señal: tiró al suelo un cuero de oveja y oró al Señor para que amaneciera totalmente empapado y el piso alrededor, del todo seco. Y así ocurrió. Al día siguiente Gedeón pidió lo contrario, y de nuevo el Señor realizó el milagro.
Cuando Gedeón decidió comandar al pueblo de Israel, eligió un ejército muy numeroso, pero Dios le sugirió que lo redujera para que todos notaran la ayuda divina. Gedeón les realizó, entonces, la prueba del agua: eligió como soldados solamente a quienes fueron capaces de beber agua de un río sin tener que arrodillarse.
Luego de esta prueba, Gedeón y su ejército se dirigieron hacia los campos de los madianitas: los rodearon y al tiempo lanzaron el grito de “guerra, por Dios y Gedeón”. Los enemigos se despertaron muy asustados y comenzaron a matarse unos a otros. La victoria fue total.
Mientras Gedeón vivió, el pueblo de Israel estuvo siempre en paz.
Sansón
Los israelitas se alejaron de Dios, por lo cual fueron entregados a las manos de los filisteos durante cuarenta años. Pero Dios escuchó las súplicas de su pueblo y anunció a una mujer, que a pesar de su esterilidad, iba a tener un hijo, a quien no se le debería cortar el cabello puesto que estaría consagrado a Dios, y por intermedio suyo, el Señor vencería a los filisteos.
En su juventud, Sansón realizó innumerables hazañas gracias a la descomunal fuerza que Dios le dio: cierto día cazó trescientas zorras, las ató por las colas, les amarró teas encendidas y las soltó hacia los trigales de los filisteos. Cuando estos fueron a reclamarle, los derrotó a golpes.
En otra oportunidad los filisteos lo encerraron en una gruta y lo ataron con cordeles; pero llegó la fuerza de Dios que lo desató y le ayudó a fugarse; no sin antes tomar una quijada de burro y matar a más de mil enemigos.
Pero Sansón se alejó de Dios y se enamoró de una filistea, llamada Dalila, quien logró sacarle el secreto de su fuerza. Por eso, una noche mientras Sansón dormía una de sus borracheras con la mujer, ésta tomó unas tijeras y le cortó de raíz su cabellera y con toda facilidad lo entregó a los filisteos. Estos lo encadenaron, le sacaron los ojos y lo encerraron en prisión.
Pero la cabellera de Sansón poco a poco empezó a crecer, y con ella retornaron sus fuerzas. Un día los filisteos estaban celebrando una gran fiesta y trajeron a Sansón para burlarse de él. A pesar de su ceguera, cuando estaba en medio de los filisteos buscó la manera de ubicarse cerca de una columna, se abrazó a ella y gritó: “muera Sansón y todos los filisteos”, y arrancó la columna de su base y, por supuesto, la casa donde estaban se desplomó. Además de Sansón, allí murieron más de tres mil filisteos.
CUADRO EXPLICATIVO
CUADRO EXPLICATIVO
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